Se cuenta que en el
siglo pasado, un turista americano fue a la ciudad de El Cairo, Egipto, con la
finalidad de visitar a un famoso sabio.
El turista se
sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y lleno de
libros. Las únicas piezas de mobiliario eran una cama, una mesa y un banco.
- ¿Dónde están sus
muebles? preguntó el turista.
Y el sabio,
rápidamente, también preguntó: -¿Y dónde están los suyos…?
- ¿Los míos?, se
sorprendió el turista. ¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso!
- Yo también… concluyó
el sabio. “La vida en la tierra es solamente temporal… sin embargo, algunos
viven como si fueran a quedarse aquí eternamente y se olvidan de ser felices”
no importa qué modelo de auto usabas;
importa a cuánta gente llevaste.
importa a cuánta gente llevaste.
no importan los metros cuadrados de tu casa;
importa cuánta gente recibiste en ella.
importa cuánta gente recibiste en ella.
no importa la marca de la ropa en tu armario;
importa a cuántos ayudaste a vestirse.
importa a cuántos ayudaste a vestirse.
no importa cuán alto era tu sueldo;
importa si vendiste tu conciencia para obtenerlo.
importa si vendiste tu conciencia para obtenerlo.
no importa cuál era tu título;
importa si hiciste tu trabajo con lo mejor de tu capacidad.
importa si hiciste tu trabajo con lo mejor de tu capacidad.
no importa cuántos amigos tenías;
importa cuánta gente te consideraba su amigo.
importa cuánta gente te consideraba su amigo.
no importa en qué vecindario vivías;
importa cómo tratabas a tus vecinos.
importa cómo tratabas a tus vecinos.
no importa el color de tu piel;
importa la pureza de tu interior.
importa la pureza de tu interior.
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