BLOG CREACIÓN DE XAVIER VALDERAS

jueves, 27 de diciembre de 2012

CARTA AL FUTURO, DE EDUARDO GALEANO



Estimado señor Futuro, 
De mi mayor consideración: 

Le estoy escribiendo esta carta para pedirle un favor. 
Usted sabrá disculpar la molestia. 
No, no tema, no es que quiera conocerlo. Ha de ser usted un señor muy solicitado, habrá tanta gente que querrá tener el gusto, pero yo no. Cuando alguna gitana me atrapa la mano, para leerme el porvenir, salgo corriendo a la disparada antes de que ella pueda cometer semejante crueldad. 
Y sin embargo usted, misterioso señor, es la promesa que nuestros pasos persiguen queriendo sentido y destino. Y es este mundo, este mundo y no otro mundo, el lugar donde usted nos espera. A mí, y a los muchos que no creemos en los dioses que nos prometen otras vidas en los lejanísimos hoteles del Más Allá. 
Y ahí está el problema, señor Futuro. Nos estamos quedando sin mundo. Los violentos lo patean, como si fuera una pelota. Juegan con él los señores de la guerra, como si fuera una granada de mano; y los voraces lo exprimen, como si fuera un limón. A este paso, me temo, más temprano que tarde el mundo podría no ser más que una piedra muerta girando en el espacio, sin tierra, sin agua, sin aire y sin alma. 
De eso se trata, señor Futuro. Yo le pido, nosotros le pedimos, que no se deje desalojar. Para estar, para ser, necesitamos que usted siga estando, que usted siga siendo. Que usted nos ayude a defender su casa, que es la casa del tiempo. 
Háganos esa gauchada, por favor. A nosotros y a los otros: a los otros que vendrán después, si tenemos después. 
Lo saluda atentamente, 

Un terrestre.





lunes, 17 de diciembre de 2012

COMPILACIÓN DE DATOS Y ALGUNAS CITAS DE FRIEDRICH WILHELM NIETZSCHE


“Donde no se puede amar...hay que pasar de largo”.
( Friedrich Nietzsche)

FRIEDRICH WILHELM NIETZSCHE (Röcken, cerca de Lützen, 15 de octubre de 1844 – Weimar, 25 de agosto de 1900). Filósofo, poeta, músico, escritor y filólogo ateo alemán, considerado uno de los pensadores modernos más influyentes del s. XIX.
Realizó una crítica exhaustiva de la cultura, la religión y la filosofía occidental, mediante la deconstrucción de los conceptos que las integran, basada en el análisis de las actitudes morales (positivas y negativas) hacia la vida. Este trabajo afectó profundamente a generaciones posteriores de teólogos, filósofos, sociólogos, psicólogos, poetas, novelistas y dramaturgos. Meditó sobre las consecuencias del triunfo del Secularismo de la Ilustración (s. XVIII), expresada en su observación "Dios ha muerto", de una manera que determinó la agenda de muchos de los intelectuales más célebres después de su muerte.

Si bien hay quienes sostienen que la característica definitoria de Friedrich Wilhelm Nietzsche no es tanto la temática que trataba sino el estilo y la sutileza con que lo hacía, fue un autor que introdujo, como ningún otro, una cosmovisión que ha reorganizado el pensamiento del s. XX, en autores tales como Michel Foucault, Jacques Derrida, Martin Heidegger o Gilles Deleuze entre otros. Hay una controversia sobre si Friedrich Wilhelm Nietzsche abogaba por un único punto de vista de comprensión filosófica. Muchos cargan contra Friedrich Wilhelm Nietzsche por la contradicción de sus pensamientos e ideas.

Una tesis alternativa en la contradicción de los escritos de Nietzsche es el de la perspectiva, o la idea de que Friedrich Wilhelm Nietzsche usaba múltiples puntos de vista en su trabajo como un medio para retar al lector a considerar varias facetas de un tema. Si uno acepta su tesis, la variedad y número de perspectivas sirven como una afirmación de la riqueza de la filosofía. Esto no quiere decir que Friedrich Wilhelm Nietzsche viera todas las ideas como igualmente válidas. Tenía aspectos en los que no estaba de acuerdo con respecto a otros filósofos como Inmanuel Kant. Tampoco está claro dónde se posicionaba Friedrich Wilhelm Nietzsche en cada tema. De cualquier modo, si uno mantiene los elementos en conflicto de sus escritos como algo intencionado o no, hay pocas dudas de que sus ideas siguen siendo influyentes. 
Algunos filósofos han signado al estilo aforístico de Friedrich Wilhelm Nietzsche como el responsable de estas aparentes contradicciones en su pensamiento, llegando a decir por ejemplo que "hay tantos Nietzsches como lectores". Esta afirmación resulta excesivamente cómoda ya que sólo pretende facilitar la explicación de las contradicciones sin intentar desentrañar su sentido final.

Friedrich Wilhelm Nietzsche recibió amplio reconocimiento durante la segunda mitad del s. XX como una figura significativa en la filosofía moderna. Su influencia fue particularmente notoria en los filósofos existencialistas, críticos, fenomenológicos, postestructuralistas y postmodernos. Es considerado uno de los 3 "Maestros de la sospecha" (según la conocida expresión de Paul Ricoeur), junto a Karl Heinrich Marx y Sigmund Freud. Su exaltación de la vida frente a cualquier tipo de manifestación cultural, del instinto contra el pensamiento, del individuo contra la sociedad y del tipo dionisíaco contra el tipo apolíneo (del "romántico" contra el clásico") y su crítica a la Modernidad Europea representan la "culminación del Romanticismo".

Friedrich Wilhelm Nietzsche pensaba que si la filosofía es crítica, Inmanuel Kant falló con relación a esta tarea. Pues si el hombre mismo se encargaba de reapropiarse de las determinaciones de las cuales se lo había privado. Este es el dilema: ¿Quién debe hacer la crítica? ¿Quién es apto para hacerla? Se nos habla de "espíritu", de la "razón", de la "conciencia", del "hombre", pero, ¿Qué son estos conceptos? Si el hombre es reactivo, ¿Cómo puede el hombre mismo hacer la crítica? Es así como la Teología se convirtió en Antropología, y como el hombre ha ocupado el lugar de Dios. Inmanuel Kant no es capaz de hacernos superar las fuerzas reactivas, al contrario, las alimenta y las prolonga. "Entre los alemanes se me entenderá enseguida, si digo que la filosofía está corrompida por la sangre de teólogos. El pastor protestante es el abuelo de la filosofía alemana, el protestantismo es su peccatum originale. El éxito de Kant no es más que el éxito de un teólogo". Con Inmnuel Kant no podemos deshacernos de la fuerza reactiva de la moral, ni de la razón, y ni siquiera de la religión. No se trata de una crítica de la razón por la razón, en la cual la razón sería a la vez tribunal y acusador. Lo que legisla para Inmanuel Kant, es una de nuestras 2 facultades: "El entendimiento y la razón". El buen uso de las facultades en Inmanuel Kant coincide, curiosamente, con los valores establecidos: "El verdadero conocimiento, la verdadera moral, la verdadera religión". Para Friedrich Wilhelm Nietzsche no hay principios trascendentales, sino genéticos. No hay un pensamiento legislador que se autoriza a sí mismo porque sigue a la razón, sino que es imposible ser razonable. Y lo que se debe oponer a la razón no es lo irracional, sino el pensamiento mismo, el pensamiento como diferencia. la razón expresa reglas que someten al pensamiento, pensar es, reconquistar estos derechos, hacer al pensamiento legislador en contra de la razón. Esto no es posible más que por la Genealogía. Así, el filósofo lo es en la medida en que crea valores, los verdaderos filósofos son los que en este sentido comandan y legislan. Mientras que el legislador kantiano es un legislador de tribunal ("tribunal de la razón pura"), juez de la paz universal, el genealogista es el filósofo del futuro, el que no anuncia la paz perpetua, sino la guerra; ya que para él pensar es juzgar, pero juzgar es evaluar, interpretar, crear los valores.

Cabe destacar también la importancia que Friedrich Wilhelm Nietzsche le da a la "vida", lo que ha hecho que algunos lo consideren como un representante del "Vitalismo". La vida es, según Friedrich Wilhelm Nietzsche, el despliegue de todas las capacidades humanas, en busca de potenciar todas las habilidades y actividades del hombre que afirmen la vida, tales como el arte, el afán de conocer, el desear y el actuar. 

Friedrich Wilhelm Nietzsche introduce 4 temas muy importantes de reflexión sobre la cultura occidental y la época histórica, invirtiendo en gran medida el paradigma analítico de la filosofía occidental, los cuales son: 1). No hay origen. 2). No hay continuidad. 3). Nada está dado. 4). La verdad surge como un invento. El origen no es para Friedrich Wilhelm Nietzsche la principal búsqueda de la Filosofía, lo importante es describir las condiciones en que algo se inventa. El origen hace referencia a un "sujeto fundador", un "yo", una "conciencia" (como en René Descartes), un "sujeto autónomo" (como en Inmanuel Kant). No podemos hablar de los acontecimientos históricos, ni en términos de "Origen" ni de "Procedencia" (lugar donde surgió algo). Si queremos analizar eso que nos ha constituido, que nos ha llevado a ser lo que somos, debemos hablar en términos de "Emergencia" (confluencia de fuerzas que hacen que algo surja). "Los sujetos no son dueños de la historia, los sujetos son el producto de la historia". 

Para Friedrich Wilhelm Nietzsche "el saber no progresa como una diagonal ascendente en donde todo progreso es la superación de lo anterior" (como pensaba Georg Wilhelm Friedrich Hegel). Es aquí donde se fundan los abusos del desarrollo, de la dominación y la dependencia; "aquí la debilidad ha sido transformada en mérito, la impaciencia en bondad, la bajeza en humildad, la sumisión en obediencia, la paciencia en virtud, y al no poder vengarse se llama no querer vengarse". No hay continuidad, ni siquiera cuando nos consideramos como "individuos" (lo biológico) ni tampoco cuando nos consideramos como "sujetos" (la construcción sociocultural e histórica, la posición histórica que ocupamos en una época determinada). "Quizas no sea necesaria la suposición de un sujeto, quizás sea lícito admitir una pluralidad de sujetos, cuyo juego y cuya lucha son la base de nuestra ideación y de nuestra conciencia? ¿Una aristocracia de células en las que el poder radique? ¿Algo así como pares acostumbrados a gobernar con buen sentido de mando? Mi hipótesis: El sujeto como pluralidad". Esto tiene consecuencias mayores, ya que debemos mirar bajo una nueva óptica eso que somos y decimos. El saber no es algo dado de antemano, no es un trascendental, no es un factum, el discurso que utilizamos todos los días, es sólo un discurso sobre un saber que es necesario analizar como tal. Se sigue entonces, que la Verdad no es más que reglas de discurso que hacen proliferar un saber con un determinado fin (casi siempre poco confesable). Es por eso que Friedrich Wilhelm Nietzsche dice: "Lo que se deja demostrar es verdad. He allí una definición arbitraria del concepto de verdad. ¡El cual no se deja demostrar!". Lo que Friedrich Wilhelm Nietzsche criticaba no es la falsa pretensión a la Verdad, sino a la Verdad como "ideal", "la esencia misma de la Verdad". La Verdad no es una esencia ni una instancia suprema, sino una "voluntad de verdad". Así sólo nos queda como salida realizar una Genealogía, la cual podría permitirnos saber cómo hemos llegado a ser lo que somos.

En su pensamiento encontramos un gran interés por la cultura griega antigua y el ideal de hombre y de la vida que se tenía en la cultura griega, que según Friedrich Wilhelm Nietzsche se divide en 2 categorías: 1). Lo Apolíneo, que proviene de Apolo, dios del sol, de la pintura, de la escultura, de la poesía épica, de la paz, del ocio y del reposo. Representa la emoción estética y la contemplación intelectual, lo armónico, lo equilibrado, lo mesurado, lo sereno, lo claro, lo racional. 2). Lo Dionisíaco, que proviene de Dionisos o Dionisio (Baco en Roma), dios de la vid, del vino, de la orgía, de la embriaguez, de la danza y del drama. Representa el gozo en la acción, la pasión, lo excesivo, lo impulsivo y desbordante, el erotismo, la afirmación de la vida, de decir sí a la vida, a pesar de todos sus dolores, el afán desbordante de vivirlo todo, la indeterminación, la complejidad, la exaltación, lo nuevo, que desemboca en la emoción y la inspiración.

Friedrich Wilhelm Nietzsche en sus primeras obras aceptó la influencia de Arthur Schopenhauer, para discrepar más tarde en su magisterio. Friedrich Wilhelm Nietzsche estaba de acuerdo con que la vida es trágica, pero esta idea no debía excluir la aceptación de lo trágico con alegre espíritu, pues su realización plena es el arte. El arte se enfrenta a los terrores del Universo y los puede modificar, generando algo bello a partir de cualquier experiencia. Al hacerlo, transforma las angustias del Mundo de tal forma que pueden ser contempladas con placer. Para Friedrich Wilhelm Nietzsche, la belleza no se define sólo por la armonía formal de una obra de arte, sino también por el efecto benéfico que ejerce sobre la constitución de quien contempla esa obra. Esto significa que cuando alguien contempla un objeto bello su sensación de bienestar físico se incrementa, mientras que si se contempla un objeto feo su sensación de bienestar se disminuye. El arte según Friedrich Wilhelm Nietzsche, debe ser "el arte por el arte", es decir, debe suprimirsele la tendencia moralizadora para que sea la expresión del poder del artista, la expresión y el "gran estimulante de la vida". El arte además de su función estética, puede cumplir una función cognoscitiva, ya que le permite al ser humano desbordar las fronteras de su propia conciencia psicológica y multiplicar sus puntos de vista en la contemplación de la vida. Por esto Friedrich Wilhelm Nietzsche afirmará que "el mundo sólo puede justificarse como fenómeno estético" y que, por lo tanto, incluso la ciencia debe transplantarse al terreno del arte, ver la ciencia bajo la óptica del artista.

Para Friedrich Wilhelm Nietzsche, la sociedad se encuentra sumida en un profundo nihilismo que ha de superar si no quiere ver su fin. El nihilismo (que tiene distintas formas) es un advenimiento de unas repetidas frustraciones en la búsqueda de significado, o más precisamente, "la desvalorización de los valores supremos". El nihilismo en Friedrich Wilhelm Nietzsche se refiere al proceso histórico que surge en el reconocimiento de un valor sumo y termina en la asunción o reconocimiento de múltiples cosas valorables, al volverse inoperante lo que antes se mostraba como lo supremo. El nihilismo acontece en nuestro tiempo como manifestación de la ausencia de una medida única y, al mismo tiempo, como la proliferación de múltiples medidas que, en cada caso, pueden aparecer como válidas. Friedrich Wilhelm Nietzsche ve en el despliegue del nihilismo toda fundación de cultura europea, la que surge como destino necesario de este proceso. La visión religiosa del mundo había sufrido ya un gran número de cambios por perspectivas contrarias, cayendo en el escepticismo filosófico, y en las teorías científicas evolucionistas y heliocéntricas modernas, lo que no hace más que confirmar la desvalorización de los valores supremos y trascendentes. 

A lo ya señalado, hemos de sumar una creciente presencia de lo democrático, la que se muestra como la afirmación de una individualidad independiente de Dios y acreedora de la igualdad, de la medianía. La Democracia aparece, a los ojos de Friedrich Wilhelm Nietzsche, como un momento del despliegue del nihilismo igualmente negador de la vida que los que la antecedieron. Ambas manifestaciones del nihilismo se muestran a Friedrich Wilhelm Nietzsche como negaciones de la vida en la medida en que niegan u olvidan dimensiones de ella que a su vista aparecen como constitutivas de ella, como inalienables a lo que a él se le aparece como vida. Estas dimensiones negadas de la vida se muestran en ámbitos tan determinantes como el constante darse del devenir y las diferencias entre los hombres.

Friedrich Wilhelm Nietzsche ve esta condición intelectual como un nuevo reto para la cultura europea, lo que se ha extendido, asimismo, más allá de un pequeño punto de no-retorno. Friedrich Wilhelm Nietzsche conceptualiza esto con su famosa frase, "Dios ha muerto", que aparece en "La Gaya Ciencia" y en "Así habló Zaratustra". Esta frase fue dada también por Georg Wilhelm Friedrich Hegel 20 años antes de que Friedrich Wilhelm Nietzsche naciera. Este aforismo, por una parte, señala el fin de eso que antes aparecía como lo imperante, y por otra, indica un terreno fértil, un terreno inexplorado, en el cual el propio Friedrich Wilhelm Nietzsche es un colono. A partir de la frase "Dios ha muerto", Friedrich Wilhelm Nietzsche se refiere tanto a la ceguera del pasado en tanto incapacidad de ver esto, como a la asunción de una nueva posibilidad de relacionarse con lo que es, posibilidad dada por la asunción de dicha muerte. Friedrich Wilhelm Nietzsche trata esta frase más que como una mera declaración provocativa, casi como una revelación, como si representase el potencial de nihilismo que arrastra el alzamiento y el progreso, en el contexto de un concepto absurdo y sin significado.

Según Friedrich Wilhelm Nietzsche, el hombre europeo descendiente de los hiperbóreos ha de asumir la gran e inevitable consecuencia de la muerte en la sociedad occidental de Dios, del Dios Judeocristiano, el vengativo y cruel Jehová. La consecuencia de la muerte de Dios es que los valores vigentes en la sociedad occidental se vienen abajo ellos solos, según el nihilismo, o no se vienen abajo sino que los hombres los destruimos. Según Friedrich Wilhelm Nietzsche la superación del nihilismo se producirá cuando el "Übermensch" imponga los nuevos valores de la moral de señores, destruyendo los valores de la moral de esclavos. Resumiendo, destruimos los valores de los hombres para poner en su lugar los valores del Übermensch, que ocupará el lugar de Dios. Para Friedrich Wilhelm Nietzsche, el superhombre será aquel que no privilegia la razón sobre los apetitos, las pasiones, los sentimientos, sino que vive plenamente en el mundo de los sentidos, mirando la vida a través de sus instintos, sin temor a enfrentarse continuamente con la muerte. Este nuevo hombre será capaz de comprender que su individualidad sólo tiene sentido en el mundo del devenir. Sumergido en este mundo de muerte, el superhombre está dispuesto a crear belleza, a dar lo mejor de sí. El superhombre es aquel que es capaz de conciliar los elementos contrarios que determinan su existencia y de construir un verdadero porvenir para la Humanidad.

Friedrich Wilhelm Nietzsche piensa que hay 2 clases de hombres: Los señores, los amos, los dominadores y los esclavos, los débiles, que han dado distinto sentido a la moral. Para los señores, el binomio "bien-mal" equivale a "noble-despreciable". Desprecian como malo todo aquello que es fruto de la cobardía, el temor, la compasión, todo lo que es débil y disminuye el impulso vital. Aprecian como bueno, en cambio, todo lo superior y altivo, fuerte y dominador. La moral de los señores se basa en la fe en sí mismos, el orgullo propio, el riesgo, la valentía, la rebeldía, el poder sobre sí mismo, la fuerza, la audacia, la virilidad. Por eso valora positivamente la guerra. La guerra es un remedio admirable para los pueblos debilitados, cómodos y despreciables; excitan instintos que se arraigan en tiempos de paz.

Por el contrario, la moral de los esclavos nace de los oprimidos y débiles, y comienza por condenar los valores y las cualidades de los poderosos. Una vez denigrado el poderío, el dominio, la gloria de los señores, el esclavo procede a decretar como "buenas" las cualidades de los débiles: La compasión, la piedad, el servicio (propios del Cristianismo, del Idealismo, del Socialismo y la Democracia), la paciencia, la pureza, la humildad, la resignación, la abnegación, la sumisión, el sufrimiento. Los esclavos inventan una moral que haga más llevadera su condición de esclavos. Como tienen que obedecer a los señores, los esclavos dicen que la obediencia es buena y que el orgullo es malo. Como los esclavos son débiles promueven valores como la mansedumbre y la misericordia. Critican el egoísmo y la fuerza, elaborando una "moral del resentimiento y la venganza". "La industriosidad, el ahorro, la vida ordenada, la moderación, las fuertes convicciones, hoy son virtudes con las cuales el hombre mediocre se hace perfecto, pero perfecto sólo como instrumento". Esta moral gregaria o moral del rebaño adopta la forma del Cristianismo, el Idealismo, la Democracia, el Socialismo o el Utilitarismo. Frente a la moral kantiana de "tú debes", coloca la expresión liberadora del espíritu: Es el "yo quiero", que se afirma como voluntad de potencia.

La crítica de Friedrich Wilhelm Nietzsche a la moral tradicional se centraba en la tipología de moral de "amo" y de "esclavo" y en la descripción de la dinámica que generan; esta dinámica o dialéctica debe ser conocida por los "espíritus libres" para conducir a la humanidad a su superación: "Una sucesión de continuas superaciones (la moral deja de ser algo cerrado para ser visto como una dinámica de morales yuxtapuestas y reconocibles en la dinámica de las lenguas)". Por ello Friedrich Wilhelm Nietzsche propone "la transmutación de los valores": "Aquel que haya de ser un creador en el bien y en el mal, en verdad debe comenzar por ser un destructor y romper los valores en pedazos".

Examinando la etimología de las palabras alemanas gut ("bueno"), "schlecht" ("malo") y "böse" ("malvado"), Friedrich Wilhelm Nietzsche sostuvo que la distinción entre el bien y el mal fue originalmente descriptiva, o sea, una referencia amoral a aquellos que eran privilegiados (los amos), en contraste con los que eran inferiores (los esclavos). El contraste bueno/malvado surge cuando los esclavos se vengan convirtiendo los atributos de la supremacía en vicios. Si los favorecidos (los "buenos") eran poderosos, se decía que los sumisos heredarían la Tierra. El orgullo se volvió pecado. Caridad, humildad, paciencia, pureza, sumisión y obediencia reemplazaron competencia, orgullo y autonomía. Clave para el triunfo de la moral de esclavo fue su presunción de ser la única verdadera moral. La insistencia en la absolutidad (Absolutheit) es esencial tanto en la ética religiosa como filosófica. Aunque Friedrich Wilhelm Nietzsche dio una genealogía de la moral de esclavo y de amo, siempre sostuvo que esta genealogía era una tipología ahistórica de rasgos en toda persona.

La Voluntad de Potencia (der Wille zur Macht) es un concepto altamente controvertido en la filosofía de Friedrich Wilhelm Nietzsche, generando intenso debate e interpretaciones varias, algunas de las cuales, como la notoria mala interpretación dada por los intelectuales nazis, fueron intentos deliberados de justificación de tácticas políticas. Una manera de abordar este concepto es por medio de la crítica nietzscheana a la Teoría de la Evolución por Selección Natural de Charles Robert Darwin. Friedrich Wilhelm Nietzsche veía en los instintos una fuerza que iba más allá del sólo impulso a sobrevivir, protegerse y reproducirse de todos los seres vivos, de sólo ser esto la vida se estancaría. La supervivencia era una de las consecuencias de un deseo aún mayor, impulso hacia una supravivencia, un deseo perpetuo de todo ser vivo por ir más allá de todos, el todo y hasta más allá de sí mismo, más allá de la muerte. La Voluntad de Potencia es a la vez un principio genético y genealógico. Este impulso irracional o deseo perpetuo por expandirse impreso en cada ser es lo único que da sentido a la existencia, paradójicamente "razón de ser" y es la fuerza principal dentro de la visión trágica o dionisíaca de Friedrich Wilhelm Nietzsche.

Las teorías posteriores de Sigmund Freud respecto al inconsciente probablemente fueron inspiradas en gran parte por los conceptos de lo Dionisíaco y la Voluntad de Poder, las cuales Sigmund Freud relacionó a los instintos sexuales primitivos, por encima de cualquier otro instinto, y su represión y control excesivo por el Consciente o lo Apolíneo del ser como generadores de la histeria y otras dolencias.

La idea del Eterno Retorno ha sido tratada como un concepto importante en Friedrich Wilhelm Nietzsche por muchos, aunque no en todos los intérpretes. Friedrich Wilhelm Nietzsche encuentra la idea en los trabajos de Heinrich Heine, quien especulaba que llegaría el día en el que la persona volvería a nacer con el mismo proceso de él mismo, y con el mismo en todas las demás personas. Friedrich Wilhelm Nietzsche expandió este concepto para formar su teoría, la cual resaltó en "La Gaya Ciencia" y desarrolló en "Así habló Zaratustra". En las lecturas de Friedrich Wilhelm Nietzsche sobre Arthur Schopenhauer, le saltó la idea del eterno retorno. Arthur Schopenhauer sentenciaba que una persona que firmara en la vida incondicionalmente lo haría incluso si todo lo que le había pasado le ocurriera de nuevo de forma repetida. En unas pocas ocasiones en sus notas, Friedrich Wilhelm Nietzsche discurre la posibilidad del Eterno Retorno como verdad cosmológica (véase el libro de Arthur Danto "Nietzsche como filósofo" para un análisis en detalle de estos esfuerzos), pero en los trabajos que él preparó para publicar está tratado como el método más vanguardista de afirmación de la vida. 

Según Friedrich Wilhelm Nietzsche, requeriría un sincero Amor fati ("Amor al destino"), no simplemente para sobrellevar, sino para desear la ocurrencia del eterno retorno de todos los eventos exactamente como ocurrieron, todo el dolor y la alegría, lo embarazoso y la gloria, esta repetición, más de emociones y sentimientos que de hechos, es lo que configuraría el tipo y la raza universal y global del por venir, no como una raza de las ya existentes, sino como una posibilidad abierta del hombre inacabado como especie genética y lingüística que debe ser perfilada por el eterno retorno de la superación de sus previos pensamientos y hechos.

Friedrich Wilhelm Nietzsche menciona la idea de lo "horrible y paralizante", y también mantiene que la carga de esta idea es el peso más pesado imaginable (Das schwerste Gewicht). El deseo del eterno retorno de todos los eventos marcaría la afirmación de la vida definitiva. Según algunos intérpretes, el Eterno Retorno es más que el mero concepto intelectual o reto, refleja una Kōan, o una característica psicológica que ocupa la estimulación consciente etérea, una transformación de consciencia conocida como metanoia. Alexander Nehamas escribió en Friedrich Wilhelm Nietzsche: vida como literatura que hay 3 maneras de ver el Eterno Retorno: (1). Mi vida volverá del mismo modo. Esto es una aproximación fatalista a la idea. (2). Mi vida puede ocurrir del mismo modo. Esta segunda visión es una aserción condicional de cosmología, pero falla al captar lo que Friedrich Wilhelm Nietzsche se refiere en "La Gaya Ciencia". (3). Es mi vida por re-ocurrir, entonces podría re-ocurrir sólo en idéntico modo. Alexander Nehamas muestra que esta interpretación es totalmente independiente de la física y no presupone la verdad de la cosmología. La interpretación de Alexander Nehamas es que los individuos constituyen ellos mismos a través de las acciones y la única manera de mantenerse a ellos mismos como son es vivir en una reocurrencia de acciones pasadas.

El Eterno Retorno cumple pues 2 funciones en la filosofía de Friedrich Wilhelm Nietzsche. La primera es remarcar el amor a la vida. Los cristianos postulan un paraíso, Platón el mundo de las ideas. Friedrich Wilhelm Nietzsche dice que después está otra vez la tierra, el mundo: Porque no hay nada más. Por otro lado cumple una función ética. Quien acepta el Eterno Retorno, se previene y acepta sus actos. Con el dolor que puedan contraer, con el placer que puedan conllevar: No hay lugar para el arrepentimiento.

El hombre es un ser incompleto, pues todo animal da lugar a algo superior. Es un puente entre el simio y el Übermensch (término que ha sido traducido con frecuencia, aunque no con excesiva fortuna, como "superhombre" o "suprahombre", existiendo autores que prefieren su traducción como "ultrahombre"). El hombre es, por tanto, algo que debe ser saltado, superado. El Übermensch es aquel ser que tiene una moral de nobles, es un noble, y acepta la voluntad de poder: Es un hombre legislador, él crea sus propias normas, morales y de todo tipo, además es un hombre que somete las cosas a su voluntad, es un hombre vital: Ama la vida y este mundo. Además es un ser que acepta el Eterno Retorno, pues cuando toma una decisión realmente la quiere tomar, y no se arrepiente de sus actos. Sabe que la vida es en parte dolor y en parte placer, pero no reniega de ello.

Hay controversia sobre qué o a quién consideraba Friedrich Wilhelm Nietzsche como "Übermensch". No sólo hay cierta base para pensar que Friedrich Wilhelm Nietzsche era escéptico sobre la identidad individual y la noción de sujeto, sino que habría un ejemplo concreto del "Ultrahombre" como algo nuclear. Las interpretaciones modernas de Friedrich Wilhelm Nietzsche, especialmente después del trabajo de Walter Kaufmann, sugieren que la visión de Nietzsche sobre el Übermensch está más en línea con el concepto de hombre renacentista, como Johann Wolfgang von Goethe o Leonardo da Vinci. Pero Friedrich Wilhelm Nietzsche ve al niño como el verdadero Übermensch, este que es inocente, cree en su propia moral, sigue sus propios valores. Normalmente se traduce como "Superhombre"; sin embargo esta traducción es errónea ya que el prefijo alemán "über" significa "superior" como adjetivo, o "sobre" (como el over inglés). Además "Mensch" significa "humano", "persona", esto es, "hombre" en términos de especie, y no de sexo. En castellano puede dar lugar a equívocos si se lo lee con mala intención. Por lo tanto, la traducción más correcta al castellano sería "suprahumano" o "lo sobrehumano", pero en el uso más convencional sería "suprahombre", o bien, "ultrahombre", tal como el filósofo italiano Gianni Vattimo lo ha sugerido. Siempre debe recordarse que el concepto se contrapone a cualquier término sexista y al de el "último hombre", el que presenciará el gran mediodía que representa el último paso de superación del hombre moral y septentrional, y la etapa final del nihilismo. Es en este sentido en que debe entenderse al superhombre como uno de los objetivos nietzscheanos, y no como una "calidad" a la que se pueda acceder, o una "categoría" que se pueda obtener.

En su libro "El Anticristo", Friedrich Wilhelm Nietzsche escribe sobre cómo la Cristiandad se ha convertido en una ideología establecida por instituciones como la Iglesia Católica, y cómo las iglesias han fallado a la hora de representar la vida de Jesús de Nazareth. Es importante, para él, distinguir entre la religión de la Cristiandad y la persona de Jesús de Nazareth. Friedrich Wilhelm Nietzsche explicó la religión cristiana como si fuera representado por iglesias e instituciones a las que llamaba su "transvaloración" (del alemán "Umwertung") de los valores instintivos saludables. Transvaloración es el proceso por el cual el significado de un concepto o ideología puede ser puesto al revés de lo expresado por su etimología. Fue más allá del pensamiento de los agnósticos o ateos de la Ilustración, quienes sentían que la Cristiandad era simplemente falsa. Friedrich Wilhelm Nietzsche afirmaba que ha podido ser deliberadamente infundida como una religión subversiva (como un arma psicológica subversiva) dentro del Imperio Romano por el Apóstol Pablo como una forma de cobrar venganza por la destrucción romana de Jerusalén y el Templo durante la Guerra Judía.

Friedrich Wilhelm Nietzsche contrasta a los cristianos con Jesús de Nazareth, a quien admiraba de gran modo. Friedrich Wilhelm Nietzsche argumenta que Jesús transcendió las influencias morales de su tiempo creando su propio sistema de valores. Jesús de Nazareth representaba un paso hacia el Übermensch. Al final, Friedrich Wilhelm Nietzsche clama sin embargo: En contraste con el suprahombre, quien abraza la vida, Jesús de Nazareth negaba la realeza en favor de su "Reino de Dios". La negación de Jesús de Nazareth para defenderse a sí mismo, y su muerte, eran consecuencias lógicas de su desajuste de sistema de ideas. Friedrich Wilhelm Nietzsche entonces analizó la historia de la Cristiandad, descubriendo una distorsión progresiva de modo grotesco de las enseñanzas de Jesús de Nazareth. Friedrich Wilhelm Nietzsche critica a los primeros cristianos por convertir a Jesús de Nazareth en un mártir y la vida de Jesús de Nazareth dentro de la historia de la salvación de la humanidad como motivo para dominar a las masas, encontrando a los apóstoles cobardes, vulgares y resentidos. Argumenta que las sucesivas generaciones malentendieron la vida de Jesús de Nazareth, mientras la influencia de la Cristiandad crecía. 

En el s. XIX, Friedrich Wilhelm Nietzsche concluye, la cristiandad se ha vuelto tan mundana para hacerse una parodia de sí misma, una total manipulación que ha sufrido desde que murió Cristo. Por eso sentenció, en una de sus frases más conocidas: "El último cristiano murió en la cruz", refiriéndose a que nadie siguió las enseñanzas de de Nazareth, y que Pedro y los que siguieron con la doctrina cristiana sólo hicieron negocio con la figura de Jesús de Nazareth, por lo tanto, él ha sido el único cristiano (al ser el Cristo).

Mientras un aire político era fácil de ver en los escritos de Friedrich Wilhelm Nietzsche, su trabajo no está de ningún modo pensado para ser un panfleto político. La influencia que Friedrich Wilhelm Nietzsche ejerció sobre la política de la "nueva derecha" fue realmente extensa. Afirmó que el poder de un sistema es signo de falta de integridad, no propuso un sistema de gobierno específico como solución, y nunca se vinculó a sí mismo con movimientos de masas, organizaciones sociales o partidos políticos. En este sentido, Friedrich Wilhelm Nietzsche casi podría ser llamado un pensador anti-político. Walter Kaufmann enfatiza la visión de que el poderoso individualismo expresado en sus escritos sería desastroso si se practicara en las bases reales de los políticos. Escritores posteriores, guiados por la izquierda intelectual francesa, han propuesto maneras de usar la teoría de Friedrich Wilhelm Nietzsche en lo que se ha llegado a conocer como las políticas de diferencias, en especial formulando teorías sobre resistencia política y sobre diferencias sexuales y morales.

Revisando ampliamente los escritos de Walter Kauffmann y otros, el espectro del Nazismo (Nacionalsocialismo) ha sido hoy en día casi extinto de sus escritos. Friedrich Wilhelm Nietzsche a menudo se refería como "el rebaño" a los participantes de los movimientos de masas que comparten una psicología común de la masa. Valoraba el individualismo y el lenguaje como obra común que nos construye, y era en especial opuesto a la pena y el altruismo, pero consideraba sus obras como regalos a la humanidad (una de las cosas que más detestaba de la Cristiandad era su énfasis en la piedad y como esto supuestamente elevaba a los de mente débil). Despreciaba al Estado moderno, Friedrich Wilhelm Nietzsche también habló negativamente de la Democracia y el Socialismo y dejó claro que sólo ciertos individuos podían romper la moral del rebaño.

Al pueblo se refería como "perro de fuego". En "Así habló Zaratustra" desarrolla esta idea como fuerzas dinámicas de las que hay que tomar partido en el desarrollo histórico. El perro de fuego representa los ideales populares por diferenciarse de otros pueblos. En "De viejas y nuevas tablas" desarrolla también la idea de como ciertos valores morales acaban por ser institucionalizados en normas de domesticación y a eso llaman Nacionalismo... ¡domesticar a favor del Estado al perro de fuego que cometió esos desmembramientos de cabeza y dio su apoyo popular a Napoleón! Sólo el individuo alienado de las masas puede comprender su situación con respecto al resto.

Obras: "Así habló Zaratustra"; "El Nacimiento de la Tragedia"; "La Genealogía de la Moral"; "Consideraciones Intempestivas"; "La Gaya Ciencia"; "Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales"; "El Ocaso de los Ídolos"; "Más allá del bien y del mal"; "El Caso Wagner"; "Humano, Demasiado Humano"; "Los Ditirambos de Dionisos"; "El viajero y su sombra"; "El Anticristo"; "Ecce Homo"; "Los Filósofos Preplatónicos"; "Escritos sobre retórica"; "Fragmentos Políticos"; "Sobre utilidad y perjuicio de la historia para la vida"; "Schopenhauer como educador"; "Sobre el porvenir de nuestras instituciones educativas"; "Sócrates y la Tragedia Griega"; "Sobre verdad y mentira en sentido extramoral"; "El Drama Musical Griego"; "La visión dionisíaca del mundo"; "Homero y la Filología Clásica"; "La filosofía en la época trágica de los griegos".


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HE AQUÍ UNA COMPILACIÓN DE SUS FRASES MÁS DESTACADAS: 

"No podemos matar a Dios si aún creemos en la gramática". 


"Nunca he sido lo suficientemente tonto como para creer en Dios". 


"La única diferencia entre Dios y yo es que yo existo". 


"El mayor reproche a la existencia es Dios". 

"Dios es un pensamiento que vuelve torcido todo lo que es recto". 


"¿Qué ser que piense tiene la necesidad de la hipótesis de Dios?". 


"Las religiones tienden a conservar estos casos abortivos y a desterrar a los fuertes, hacer sospechosa la felicidad. Su objetivo es convertir al hombre en un aborto sublime". 

"La religión (todas las religiones) es un vicio". 

"Ninguna religión ha contenido nunca, ni mediata ni inmediatamente, ni en dogmas ni en parábolas, una sola verdad". 

"Cuanto menos se sabe, tanto más fácilmente se conserva la fe". 


"Aquí se separan los caminos de los hombres. ¿Quieres aspirar a la tranquilidad del alma y la felicidad? En ese caso cree. ¿Quieres ser un discípulo de la verdad? Entonces, investiga". 

"Lo que la plebe aprendió a cree sin razones, ¿quién podría destruírselo mediante razones". 


"Las religiones son asuntos de la plebe; yo siento la necesidad de lavarme las manos después de haber estado en contacto con personas religiosas". 
).

"El sentido del culto religioso es determinar y conjurar la naturaleza en provecho del hombre, plasmar en ella una legalidad que antes no poseía". 

"¿Qué es más dañoso que cualquier vicio? — La compasión activa con todos los malogrados y débiles — el Cristianismo...". 


"Al Cristianismo no se le debe adornar ni engalanar: Él ha hecho una guerra a muerte a ese tipo superior de hombre, él ha extraído de esos instintos, por destilación, el mal, el hombre malvado — el hombre fuerte considerado como hombre típicamente reprobable, como hombre réprobo". 


"El Cristianismo ha tomado partido por todo lo que es débil, humilde, fracasado; ha hecho un ideal de la contradicción a los instintos de conservación de la vida fuerte; ha estropeado la razón incluso de los temperamentos espiritualmente más fuertes al enseñar a sentir como pecaminosos, como extraviados, como tentaciones, los supremos valores de la espiritualidad". 

"El Cristianismo tiene el rencor del enfermo en su mismo centro, el instinto contra lo saludable, contra la salud. Todo lo que está bien constituido, que es orgulloso, galante y, sobre todo, hermoso, ofende a sus oídos y ojos". 

"El Cristianismo enveneno a Eros, quien no murió, pero se hizo vicioso". 

"Todo cuanto la humanidad ha tomado en serio hasta hoy, no son ni siquiera realidades, sino quimeras, mentiras nacidas de los malos instintos de naturalezas enfermizas como: "Dios", "Alma", "Virtud", "Pecado", "Más Allá", "Vida Eterna". Y al buscar la grandeza humana la buscaron como "divina"". 

"¿Qué propósitos, que fin tienen todas esas mentirosas concepciones de la moral: "Alma", "Espíritu", "Libre Albedrío", "Dios", sino arruinar fisiológicamente a la humanidad". 


"Es San Pablo quien quiere aniquilar la "sabiduría del mundo". Sus enemigos son los buenos filólogos y médicos de la Escuela Alejandrina. Un filólogo examina que hay detrás de los "libros sagrados"; un médico investiga que es lo que hay detrás de la degeneración fisiológica de este tipo al que llamamos Cristianismo. El médico diagnosticará que esa degeneración es incurable; el filólogo terminará viendo en sus "libros sagrados" pura superchería". 

"A la historia "sagrada" se le debe llamar con el nombre que se merece, "historia maldita"; las palabras "Dios", "Redentor", "Santo", se las debe emplear como insultos, como divisas para criminales". 


"Definición del Protestantismo: La hemiplejía del Cristianismo — y de la razón". 

"Mientras el sacerdote, ese negador, calumniador, envenenador profesional de la vida, siga siendo considerado como una especie superior de hombre, no habrá respuesta a la pregunta: ¿qué es la verdad?". 


"Yo condeno al Cristianismo, yo formulo contra la Iglesia Cristiana la más formidable acusación que jamás haya expresado acusador alguno. Ella es para mí la mayor de todas las corrupciones imaginables. Ella ha negado todos los valores, ha hecho de toda verdad una mentira, de toda rectitud un ánimo de vileza. Yo digo que el Cristianismo es una gran maldición, la gran corrupción interior, el gran instinto de venganza, para el que ningún medio es demasiado venenoso, secreto, subterráneo, bajo; la gran vergüenza eterna de la humanidad". 

"El Cristianismo es el arte de mentir santamente". 

"El Cristianismo nos ha arrebatado el fruto de la cultura de la antigüedad". 


"El Cristianismo ha aniquilado lo más hermoso del hombre: Su propia vida". 

"La moral cristiana, la peor mentira voluntaria, ha corrompido a la humanidad". 

"El pecado, lo repito una vez más, es una forma de masturbación por excelencia, ha sido inventado para hacer imposible la ciencia, la cultura, la elevación y la nobleza de la humanidad". 


"Las convicciones son más dañinas que las mentiras". 

"Los grandes espíritus son escépticos". 

"El santo perfecto de Dios es el castrado perfecto". 

"Que hay una Voluntad concluyente de Dios en cuanto a lo que un hombre debe hacer y no debe hacer; que el valor de un grupo humano, de un individuo, se mide según lo mucho o poco que obedecen a la "Voluntad Divina"; que la "Voluntad Divina" se manifiesta en el destino de un grupo humano, de un individuo, como el factor predominante, esto es, como castigo o recompensa según el grado de obediencia. Un paso más: La "Voluntad de Dios" (las condiciones para preservar el poder sacerdotal) debe conocerse, y a ese fin se requiere una "revelación". Dicho sin rodeos: Se hace necesaria una gran falsificación literaria; se descubre entonces una "escritura sagrada" y se hace pública con gran pompa hierática. Con severidad y pedantería, el sacerdote formula concluyentemente lo que quiere obtener, "lo que es Voluntad de Dios". A partir de este momento todas las cosas de la vida están sujetas a tales mandatos que el sacerdote se vuelve indispensable". 

"La decisión cristiana de considerar al mundo feo y malo ha hecho al mundo feo y malo". 


"La salvación de la humanidad depende más de la nutrición que de una simple curiosidad teológica". 

"Guárdate de los buenos y de los justos, que siempre están dispuestos a crucificar a quien inventa su propia virtud y que odian al solitario. Guárdate igualmente de la santa simplicidad. Para ella sólo es santo lo simple y le gusta jugar con fuego: Con el fuego de la hoguera donde se quema a seres humanos". 

"Todo idealismo frente a la necesidad es un engaño". 

"El mundo real es mucho más pequeño que el mundo de la imaginación". 

"En la realidad no ocurre nada que corresponda rigurosamente a la lógica". 


"Este mundo, eternamente imperfecto, imagen, e imagen imperfecta, de una contradicción eterna". 

"Que un filósofo afirme "lo bueno y lo hermoso son lo mismo" es una infamia; si además agrega luego "y también la verdad", entonces debería dársele una buena paliza. La verdad es fea. Poseemos el arte porque de lo contrario pereceríamos a manos de la verdad". 

"Lo absurdo de una cosa no prueba nada en contra de su existencia, es, más bien, condición de ella". 


"La ciencia moderna tiene como meta: El menor dolor posible, la vida más larga posible, es decir, una especie de eterna bienaventuranza, ciertamente muy modesta en comparación con la prometida por las religiones". 

"Estado se llama al más frío de todos los monstruos fríos. Es frío incluso cuando miente; y ésta es la mentira que se desliza de su boca: "Yo, el Estado, soy el pueblo"". 

"El Estado miente en todas las lenguas del Bien y del Mal; y diga lo que diga, miente; y posea lo que posea, lo ha robado". 

"Un hombre de Estado divide a los seres humanos en dos especies, primero instrumentos, segundo enemigos. Propiamente no hay para él, por tanto, más que una especie de seres humanos: enemigos". 


"Casi todo político tiene tanta necesidad, en determinadas circunstancias, de un hombre honesto, que, cual si fuera un lobo hambriento, irrumpe en el redil; mas no para devorar el cordero robado, sino para ocultarse tras su lanoso lomo". 

"La cultura y el Estado -no nos engañemos sobre esto- son rivales: El "Estado de cultura" no pasa de ser una idea moderna. Lo uno vive de lo otro, lo uno prospera a costa de lo otro. Todas las épocas grandes de la cultura son épocas de decadencia política: lo que es grande en el sentido de la cultura ha sido apolítico, incluso antipolítico". 

"¡La doctrina de la igualdad!... Pero si no existe veneno más venenoso que ése: Pues esa doctrina parece ser predicada por la justicia misma, mientras que es el final de la justicia..."Igualdad para los iguales, desigualdad para los desiguales" - ése seria el verdadero discurso de la justicia: Y, lo que de ahí se sigue, "no igualar jamás a los desiguales".

"La humanidad no representa una evolución hacia algo mejor, o más fuerte, o más alto, al modo como hoy se cree eso. El progreso es meramente una idea moderna, es decir, una idea falsa". 

"La civilización trae consigo el ocaso fisiológico de una raza". 

"Dos cimas: La de la cultura y la de la civilización se separan; no nos debemos dejar inducir a error sobre el irreconciliable antagonismo de la cultura y la civilización. Los grandes momentos de la cultura fueron siempre, moralmente hablando, momentos de corrupción; y, al contrario, las épocas de mayor disciplina y domesticación del animal hombre ("civilización") tiempos de intolerancia para los caractesres más espirituales y más audaces. La civilización quiere algo distinto de lo que quiere la cultura, quizá en parte lo contrario". 


"La más temible de las junglas: La ciudad; con el más voraz de los animales: ¡El hombre! La represión de sus instintos y la limitación de sus anhelos, le han hecho un ser egoísta, rencoroso e hipócrita. Aquí, es cada día menos persona y más reflejo frágil de lo que los demás piensan de él. ¡Apagad las luces, y dejad que la noche amanezca en vuestro corazón!". 

"Morir altivamente cuando no es posible vivir altivamente. Morir cuando todavía es posible un adiós real". 

"La esperanza es la peor de las enfermedades porque alarga el tormento del hombre". 

"Nosotros hemos inventado la felicidad, dicen los últimos hombres y parpadean. La gente ya no se hace ni pobre ni rica: Ambas cosas son demasiado molestas. ¿Quien quiera aún gobernar? ¿Quien obedecer? Ambas cosas son demasiado molestas. ¡Ningún pastor y un solo rebaño! Todos quieren lo mismo, todos somos iguales, y quien tiene sentimientos diferentes marcha voluntariamente al manicomio". 

"No existen fenómenos morales, sino solo una interpretación moral de fenómenos". 

"En el dolor hay tanta sabiduría como en el placer; ambas son las dos grandes fuerzas conservadoras de la especie". 


"La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano". 


"El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo". 

"Ser independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los fuertes". 

"Todo pensador profundo tiene más miedo a ser entendido que a ser malentendido". 

"Un filósofo es alguien que constantemente vive, ve, oye, sospecha, espera, sueña cosas extraordinarias; alguien al que sus propios pensamientos lo golpean como desde fuera, como desde arriba y desde abajo, constituyendo su especie peculiar de acontecimientos y rayos; acaso él mismo sea una tempestad que camina grávida de nuevos rayos; un hombre fatal, rodeado siempre de truenos y gruñidos y aullidos y acontecimientos inquietantes. Un filósofo: ay, un ser que con frecuencia huye de sí mismo, que con frecuencia tiene miedo de sí -pero que es demasiado curioso para no "volver a sí" una y otra vez". 

"El filósofo tiene hoy el deber de desconfiar, de mirar maliciosamente de reojo desde todos los abismos de la sospecha". 

"Para practicar la lectura como arte se necesita ante todo una cosa que es precisamente hoy en día la más olvidada, una cosa para la cual se ha de ser casi vaca y, en todo caso, no "hombre moderno": El rumiar". 


"Sin música la vida sería un error". 

"El sexo es una trampa de la naturaleza para no extinguirse". 

"Un filósofo casado pertenece al orden de la comedia". 

"La exigencia de ser amado es la máxima arrogancia". 

"Hay siempre un poco de locura en el amor. Más también hay siempre un poco de razón en la locura". 

"Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal". 

"No es licito querer devolver y restituir lo que el amor da: En el mar del amor debe estar ahogado todo instinto de restitución". 

"El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro". 

"El hombre se define como ser que evalúa, como ser que ama por excelencia". 

"Vida eres mala, pero te adoro". 



LLORAMOS AL NACER, SEGÚN SHAKESPEARE



"Lloramos al nacer porque venimos a este inmenso escenario de dementes". Ya William Shakespeare tenía asumido que la vida era un valle de lágrimas.

viernes, 14 de diciembre de 2012

LAS BELLAS PALABRAS SEGÚN SÓCRATES


“La mente debe ser cuidada por encantamientos, y esos encantamientos son las conversaciones bellas. De este tipo de conversaciones brota en las almas de los hombres la fuerza y la paz, y, una vez que ha brotado, resulta fácil proporcionar salud a la cabeza y al resto del cuerpo”.





martes, 11 de diciembre de 2012

CITA DEL DOCTOR JONAS EDWARD SALK


“Si desaparecieran todos los insectos de la tierra, en menos de 50 años desaparecería toda vida. Si todos los seres humanos desaparecieran de la tierra, en menos de 50 años todas las formas de vida florecerían”.

( Jonas Edward Salk, médico y virólogo norteaméricano )



CITA DE FEDERICO GARCIA LORCA




“El más terrible de los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza perdida”






viernes, 7 de diciembre de 2012

LA PIEDRA




El distraído tropezó con ella. El violento la utilizó como proyectil. El emprendedor construyó, con ella. El campesino cansado la utilizó como asiento. Para los niños fue un juguete. David mató a Goliat y Miguel Ángel le sacó la más bella escultura.

En todos los casos, la diferencia no estivo en la piedra, sino en la persona.

No existe piedra en tu camino que no puedas aprovechar para tu propio crecimiento.

                                                                            ( Anónimo )




 





viernes, 30 de noviembre de 2012

CITAS DE ARTHUR SCHOPENHAUER






“La religión es una institución para mendigar el Cielo. Los clérigos son los intermediarios de esta mendicidad”.


“Las religiones, como las luciérnagas, necesitan de la oscuridad para brillar”.


“La religión es una obra maestra del arte de entrenar animales, porque entrena a la gente sobre cómo deben pensar”.


“Lo cierto es que la intolerancia es esencial al Monoteísmo; un Dios único es por naturaleza un Dios celoso que no permite que viva ningún otro. Los Dioses politeístas, en cambio, son naturalmente tolerantes: Viven y dejan vivir. Así como toleran sus colegas de la misma religión, extienden su tolerancia a los Dioses extraños, a los que reciben hospitalariamente y, en algunos casos, aceptan con igualdad de derechos”.


“Toda verdad pasa por 3 etapas: primero es ridiculizada, secundariamente sufre una oposición violenta, y tres, es aceptada como autoevidente”.

“El cambio es la única cosa inmutable”.

“El amor a la vida no es en el fondo sino el temor a la muerte”.

“Querer es esencialmente sufrir, y como vivir es querer, toda vida es por esencia dolor. Cuanto más elevado es el ser, más sufre... La vida del hombre no es más que una lucha por la existencia, con la certidumbre de resultar vencido. La vida es una cacería incesante, donde los seres, unas veces cazadores y otras veces cazados, se disputan las piltrafas de una horrible presa. Es una historia natural del dolor, que se resume así: querer sin motivo, sufrir siempre, luchar de continuo, y después morir... Y así sucesivamente por los siglos, de los siglos hasta que nuestro planeta se haga trizas”.

“El destino mezcla las cartas, y nosotros las jugamos”.

“La personalidad del hombre determina por anticipado la medida de su posible fortuna”.

“El hombre es en el fondo un animal terrible y cruel. Lo conocemos como ha sido domesticado y educado por lo que conocemos como civilización”.

“Nuestro mundo civilizado no es más que una mascarada donde se encuentran caballeros, curas, soldados, doctores, abogados, sacerdotes, filósofos, pero no son lo que representan, sino solo la máscara, bajo la cual, por regla general, se esconden especuladores de dinero”.

“El Estado no es más que el bozal que tiene por objeto volver inofensivo a ese animal carnicero, el hombre, y hacer de suerte que tenga el aspecto de un herbívoro”.

“El instinto social de los hombres no se basa en el amor a la sociedad, sino en el miedo a la soledad”.


“Los hombres vulgares han inventado la vida en sociedad porque les es más fácil soportar a los demás que soportarse a sí mismos”.

“Aunque el mundo contiene muchas cosas decididamente malas, la peor de todas ellas es la sociedad”.


“Toda sociedad exige, necesariamente, un acomodamiento recíproco, un temperamento; así cuanto más numerosa es, más insípida se hace. No se puede ser verdaderamente uno mismo, sino mientras está uno sólo; por consiguiente, quien no ama la soledad, no ama la libertad, porque no es uno libre sino estando solo”.



“Todo imbécil execrable, que no tiene en el mundo nada de que pueda enorgullecerse, se refugia en este último recurso, de vanagloriarse de la nación a que pertenece por casualidad”.


“Cada nación se burla de las otras y todas tienen razón”.

“La soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes”.

“La soledad ofrece al hombre colocado a gran altura intelectual una doble ventaja: estar consigo mismo y no estar con los demás”.


“La genialidad es tan útil para la vida práctica como lo es un telescopio cósmico en el teatro”.

“La gente vulgar sólo piensa en pasar el tiempo, el que tiene talento... en aprovecharlo”.

“El desear la inmortalidad para el individuo es realmente lo mismo que desear perpetuar un error por siempre; porque en el fondo cada individualidad es realmente sólo un error especial, un paso falso, algo que mejor no sería, de hecho, algo de lo cual el propósito real de la vida es el sacarnos”.


“Por vida feliz hay que entender siempre “menos desdichada”; es decir, soportable. Y realmente, la vida no se nos ha dado para gozarla, sino para sufrirla, para pagarla”.


“Cuanto más vulgar e ignorante es el hombre, menos enigmático le parece el mundo; todo lo que existe y tal como existe le parece que se explica por sí solo, porque su inteligencia no ha rebasado aún la misión primitiva de servir a la voluntad en calidad de mediadora de motivos”.

“A excepción del hombre, ningún ser se maravilla de su propia existencia”.


“Nadie es realmente digno de envidia”.

“Tanto prevalece la salud por sobre todos los bienes exteriores que probablemente un mendigo sano sea más feliz que un rey enfermo”.

“La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren”.

“La cantidad de rumores inútiles que un hombre puede soportar es inversamente proporcional a su inteligencia”.


“Comúnmente sólo apreciamos el valor de una cosa después de haberla perdido”.

“La riqueza es como el agua salada; cuanto más se bebe, más sed da”.

“La amabilidad es como una almohadilla, que aunque no tenga nada por dentro, por lo menos amortigua los embates de la vida”.


“Quien ha perdido la esperanza ha perdido también el miedo: tal significa la palabra “desesperado””.

“Los amigos se suelen considerar sinceros; los enemigos realmente lo son: por esta razón es un excelente consejo aprovechar todas sus censuras para conocernos un poco mejor a nosotros mismos, es algo similar a cuando se utiliza una amarga medicina”.

“La cólera no nos permite saber lo que hacemos y menos aún lo que decimos”.


“No hay ningún viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige”.

“Muchas veces las cosas no se le dan al que las merece más, sino al que sabe pedirlas con insistencia”.

“En la vejez se aprende mejor a esconder los fracasos; en la juventud, a soportarlos”.

“Los primeros cuarenta años de vida nos dan el texto; los treinta siguientes, el comentario”.

“Cada uno tiene el máximo de memoria para lo que le interesa y el mínimo para lo que no le interesa”.

“La belleza es una carta de recomendación que nos gana de antemano los corazones”.

“El que no ama ya está muerto”.

“En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad”.

“La arquitectura es una música congelada”.

"Para filosofar hacen falta 2 condiciones: primera, tener el valor de no suprimir ninguna pregunta, y segunda, comprender como problema todo aquello que se comprende por sí mismo, teniendo conciencia de ello”.


“Lo que se opone más al hallazgo de la verdad no es la falsa apariencia que surge de las cosas, llevando al error, ni tampoco inmediatamente la debilidad de la inteligencia, sino la opinión presupuesta, el prejuicio que se impone como impedimento a priori a la verdad”.

“La compasión hacia los animales está tan estrechamente ligada a la bondad de carácter que se puede afirmar con seguridad que quien es cruel con los animales no puede ser una buena persona”.

“Una compasión sin límites por todos los seres vivos es la prueba más firme y segura de la buena conducta moral”.


“Ni el mundo es una chapuza (Machwerk) para nuestro uso ni los animales son un producto de fábrica para nuestra utilidad”.


“El hombre no debe compasión (Erbarmen) a los animales, sino justicia”.


“El hombre ha hecho de la Tierra un infierno para los animales”.

“Las mujeres son criaturas de ideas cortas y cabellos largos”.





RESUMIDOS DATOS BIOGRÁFICOS Y COMENTARIOS MÁS RELEVANTES DE ARTHUR SCHOPENHAUER:

Arthur Schopenhauer (1788-1860). Filósofo idealista, pesimista, misógino y ateo alemán. Conocido como el Ateo de la Desesperación. Nació en Danzig. Dedicado primero al comercio a instancias de su padre, lo abandonó a la muerte de éste y cursó Filosofía en las Universidades de Gotinga y Berlín. Fue Docente privado en Berlín en (1820), pero sin conseguir el éxito esperado, viajó durante largo tiempo por Alemania e Italia, retirándose en (1831) a Frankfurt del Main, donde permaneció hasta su muerte. Se familiarizó con Johann Wolfgang von Goethe, los Hermanos Schlegel, los Hermanos Grimm y las obras de William Shakespeare. La fama tan inútilmente le llegó en sus últimos años con la aparición de “Parerga y Paralipomena”, una brillante recopilación de aforismos escritos con un estilo popular y muy atractivo. 

Arthur Schopenhauer fue el maestro de Friedrich Wilhelm Nietzsche y el fundador del Pesimismo Alemán, y su principal representante. Su filosofía, concebida esencialmente como un pensar hasta el final la filosofía de Inmanuel Kant, se siente también deudora de Platón y Baruch Spinoza, sirviendo además como puente con el Hinduismo (los Vedas y los Upanishad) y con la Filosofía Oriental, en especial con el Budismo, el Jainismo, el Vedanta y el Taoísmo. En su obra tardía, a partir de (1836), presenta su filosofía, además, en abierta polémica contra los desarrollos metafísicos postkantianos de sus contemporáneos, y especialmente contra Friedrich Wilhelm Joseph von Schelling, Johann Gottlieb Fichte y Georg Wilhelm Friedrich Hegel, y lo que contribuyó en no escasa medida a la consideración de su pensamiento como una Filosofía Antihegeliana. La Escuela Filosófica de Arthur Schopenhauer con su estimación de la intuición artística y de la música, así como por su moral del pesimismo, influyó sobre la poesía, la literatura, la música y el arte. La originalidad y el carácter anticipativo del pensamiento de Arthur Schopenhauer dejó su fuerte e insoslayable impronta en autores de la talla de Friedrich Wilhelm Nietzsche, Julius Frauenstädt, Julius Bahnsen, Philipp Mailänder, Paúl Deussen, Edouard von Hartmann, Sigmund Freud, Carl Gustav Jung, Thomas Mann, Ludwig Wittgenstein, Eduard von Hartmann, León Tolstoi, Arnold Gehlen, Albert Einstein, Hans Vaihinger, Marcel Proust, Henri Bergson, Émile Michel Cioran, Jorge Luis Borges y Michel Houellebecq, entre otros.

El concepto de Arthur Schopenhauer de impulso (Trieb) sin objeto, presumiblemente a través de la obra de Friedrich Wilhelm Nietzsche, se situaría en la base de la doctrina psicoanalítica del inconsciente de Sigmund Freud, otro pesimista. Arthur Schopenhauer, poco dado en principio a las licencias especulativas del idealismo alemán, tomó como base de su propio sistema el criticismo de Inmanuel Kant. Sin embargo, mientras el Inmanuel Kant de la primera crítica negaba radicalmente la posibilidad de conocer el noúmeno o cosa en sí (Ding an sich), Arthur Schopenhauer sostuvo que mediante la introspección era posible acceder al conocimiento esencial de la realidad esencial y última. Identificó a este con un principio metafísico al que denominó Voluntad o Voluntad de Vivir (Wille zum Leben). Por otra parte, redujo los 12 conceptos puros a priori del entendimiento (categorías) del sistema kantiano a uno sólo: “El Principio de Razón Suficiente o de Causalidad”.

Según Arthur Schopenhauer, el Mundo (Realidad) es fenómeno, apariencia, ilusión, es representación (Vorstellung), mi representación. Conocer es construir representaciones mentales. Esta es la verdad que Arthur Schopenhauer creyó haber deducido de la doctrina de Inmanuel Kant sobre el Noúmeno y el Fenómeno. El Mundo sólo existe en relación con el sujeto cognoscente. Cualquier objeto de conocimiento está siempre condicionado y/o determinado por lo esquemas innatos de espacio, tiempo y relación causa-efecto de la mente del sujeto que conoce. Una prueba de esto es el sueño, puesto que no es posible establecer con exactitud una distinción entre las ilusiones oníricas y las percepciones cotidianas. La Causalidad en cuanto se manifiesta como fundamento o razón suficiente en la relación que encadena las impresiones sensibles y que, por lo tanto, se refiere al acontecer en el Reino Inorgánico y el Reino Orgánico de la Naturaleza; en la relación lógica con que son encadenados los juicios del entendimiento; en las intuiciones puras de la cotidianidad (espacio) y de la sucesión (tiempo); en las motivaciones de los actos voluntarios del sujeto. Estos 4 aspectos de la causalidad son las 4 raíces del Principio de Razón Suficiente, la categoría general que sintetiza todas las formas de la intuición y que fundamenta toda diferencia, pues ésta no es más que una apariencia, una manifestación de la realidad única, de la verdadera cosa en sí, del fundamento del Mundo: “La Voluntad” o la “Voluntad de Vivir”.

El concepto de Voluntad, en el estricto sentido de Arthur Schopenhauer, no alude a la facultad psíquica de un querer o una capacidad de decisión individual sino que se refiere a un ser o esencia (Wesen) de carácter metafísico, aunque no es una Divinidad, cuyo correlato sensible es el mundo fenoménico. Según Arthur Schopenhauer, la Voluntad de Vivir (en su modo de ser objetivado), no es otra cosa que un ciego afán (Drang), es una fuerza cósmica, inmanente, libre, ciega, oscura e irracional, un impulso o pulsión (Trieb) carente por completo de fundamento y motivos, se manifiesta en todos los estratos del mundo natural, y en todos los individuos (en quienes alcanza su grado máximo al adquirir la forma del deseo consciente, y en cuyo único caso pasa a identificarse con la noción corriente de Voluntad), en cuyas manifestaciones son las Representaciones (Individuo, Conocimiento, entre otros). ("El mundo como voluntad y representación", II. ii, 28). 

La representación es la imagen engañosa e inconsistente como pluralidad que tiene su causa en el Espacio y el Tiempo, que son, Arthur Schopenhauer, los verdaderos Principios de Individualización. La mencionada pluralidad de las apariencias se atenúa, sin embargo, al agruparse las cosas en géneros y al constituir una jerarquía que va desde lo inorgánico hasta la conciencia que el sujeto tiene de sí mismo. Los géneros que comprenden estas agrupaciones son identificados por Arthur Schopenhauer con las ideas de Platón, que existen más allá del Mundo de la Experiencia. Son, por lo tanto, tipos eternos en medio del continuo devenir de las cosas, son, por así decirlo, intermediarios entre la Absoluta Unidad de la Voluntad y la Aparente Pluralidad del Mundo. En las Ideas se manifiesta lo que es unitario en el conjunto de fenómenos de la Naturaleza: Son las fuerzas no sometidas ni al Tiempo ni al Espacio; lo que resulta cuando la Voluntad se objetiva en los distintos grados del ser. La contemplación de las Ideas es lo que permite al ser humano, como sujeto poseedor de Voluntad, desligarse poco a poco de la irracionalidad de la Voluntad, del Dolor que la Voluntad de Vivir produce al consistir en un afán perpetuo jamás satisfecho y en el reconocimiento por parte del sujeto de la Voluntad de Vivir como la Realidad Única y Verdadera, lo que sólo depende de sí mismo, el Absoluto, que Arthur Schopenhauer identifica con la cosa en sí de Inmanuel Kant. A diferencia de Inmanuel Kant, Arthur Schopenhauer afirma que se puede conocer la cosa en sí por medio de la experiencia de una realidad volitiva interna dentro del propio cuerpo. 

La Voluntad de Vivir es el origen de todo Dolor y de todo Mal; la Vida es sufrimiento, pues la vida está dominada por el querer, y por lo tanto llena de lucha, conflicto e insatisfacción, pero la vida no es algo completo y definitivo. Lo que a veces apacigua momentáneamente este perpetuo afán de vida es simplemente la falta, el desconocimiento del carácter insatisfactorio e irracional del impulso volitivo. La Voluntad de Vivir se expresa en la vida anímica del ser humano bajo la forma de un continuo deseo siempre insatisfecho, Arthur Schopenhauer concluye que toda vida es esencialmente sufrimiento (Leiden) (Op. cit., IV, § 56). La existencia humana sea un constante pendular entre la Escila del Dolor (Schmerz) y la Caribdis del Tedio o Aburrimiento (Langeweile). Cuando tenemos muchas ocupaciones, preocupaciones y deberes, cuando la vida nos agita con golpes y sucesos, nos quejamos y padecemos con el Dolor que tales eventos producen. El esfuerzo de las tareas diarias nos desgasta y desanima, y la actividad, que es indispensable para Vivir, se nos vuelve fuente de penas y sufrimiento. Pero cuando cesamos de trabajar, cuando nos deshacemos de nuestras ocupaciones y preocupaciones y decidimos descansar, o cuando no tenemos que nos preocupe y llene nuestros momentos, nuestro sentimiento es el aburrimiento o el tedio. Sentimos el hastío si no hacemos nada, y el paso del tiempo se nos hace tedioso y hasta insoportable. Pero la inteligencia, que descubre este modo tan claro el Dolor de Vivir, es a su vez el camino que conduce a su supresión. Esta supresión se efectúa por una serie de fases que van desde la contemplación de las ideas hasta la “negación consciente de la Voluntad de Vivir” (“Noluntad”, del verbo latino “Nolo”, “No Querer”), la cual se manifiesta de manera consciente en los seres humanos y en los animales como Instinto de Supervivencia, pero se revela también en el Mundo Natural e incluso en el Mundo Material como resistencia al cambio. Todo Ser (Voluntad de Vivir) se opone al Devenir, a su propia muerte o disolución, aunque sea evidente que el instinto de supervivencia está por definición destinado al fracaso (puesto que todo ser vivo debe morir); no hay modo de escapar a este Dolor Universal. 

El arte revela las ideas eternas a través de varios grados, que pasan sucesivamente por la arquitectura, la escultura, la pintura, la poesía lírica, la poesía trágica y la música. La música es ya casi la última revelación de la Voluntad misma, pues se halla más allá de toda representación espacial: es la expresión del sentimiento tal y como es en sí mismo sin la vinculación a los motivos que lo han producido, la pura abstracción del dolor y la alegría y, por consiguiente, la liberación del mal de la voluntad por su serena visión y su dominio. Durante la experiencia estética, reconocemos la Idea Universal en lo particular; simultáneamente, entregados a la contemplación estética, nos convertimos en el sujeto universal de conocimiento. La experiencia estética apacigua la Voluntad de vivir en nosotros, pero de manera momentánea y transitoria. Superior a la experiencia estética es lo que constituye el objeto de la ética del Pesimismo de Arthur Schopenhauer, el último y superior estadio en el camino de la liberación: el conocimiento de sí mismo como conocimiento esencial de la identidad de todo lo que es. 

La Voluntad en el ser humano es ante todo, un constante afán de vivir, un perpetuo deseo de satisfacer los apetitos vitales. Este afán convierte a la Voluntad Individual (que es una manifestación de la Voluntad de Vivir) en egoísmo. Por este egoísmo se hace necesaria la protección de cada cual frente a toda posible injusticia. Nacen entonces el Derecho y el Estado, no como manifestaciones de la justicia, sino como un instrumento contra las consecuencias del egoísmo humano, pues si el terror de la pena impide la injusticia, su móvil no es la defensa de lo justo. En la vida egoísta, subsiste la apariencia de la pluralidad, pero el egoísmo es superado en el conocimiento de la realidad verdadera, de la unidad de todos los seres. Por ser, en el fondo, idéntico cada uno a todos los demás, puede cada cual sentir en sí mismo, con la misma intensidad, el dolor ajeno, puede padecer con el otro en el acto de la compasión. Dolor ajeno y dolor propio son apariencias de un dolor único. La compasión es ya casi la supresión del dolor del Mundo por la Voluntad de Vivir. Esta negación es, en realidad, el conocimiento perfecto de la servidumbre de la Voluntad. Sólo porque la Voluntad ha llegado a adquirir conciencia de sí misma de manera completa, es que puede renunciar a sí misma, cifrar toda su aspiración en la resignación, en el ascetismo, en el autoaniquilamiento, en la inmersión en la nada. 

La felicidad para Arthur Schopenhauer no existe de un modo positivo, es decir, no es un estado de alegría o dicha constante. Eso es ilusorio. La felicidad sólo puede existir de modo negativo, como ausencia de sufrimiento. Es por ello por lo que Arthur Schopenhauer propone una huida del mundo. Arthur Schopenhauer aconseja el silencio, el ayuno, la castidad, el ascetismo, la práctica de la compasión, la fuga temporal del mundo a través del arte (la contemplación de la obra de arte como acto desinteresado) o por medio de las prácticas orientales de meditación, es decir, la autonegación del yo y de la Voluntad de Vivir mediante una vida ascética con un rígido ateísmo, un Misticismo sin Dios, ya que la existencia del mal y del dolor no muestran la existencia de un dios o dioses. Arthur Schopenhauer hace referencia de la negación de la voluntad de vivir (noluntad) al concepto budista del nirvana, en donde cada ser vuelve a la identificación con el Todo y, por lo tanto, a la supresión de su individualidad. Sólo en este estado, el sabio y el asceta pueden alcanzar la tranquilidad completa y definitiva. Desde su fondo oscuro e irracional, la Voluntad o Voluntad de Vivir llega a la Nada por el camino de su propia renuncia.

El objetivo de la vida de los seres humanos es liberarse de las ataduras del mundo fenoménico, mundo de los fenómenos o mundo de las apariencias, que es en esencia un acto de comprensión y que hace la felicidad, y consiste en el reconocimiento de la identidad de nuestro yo más profundo (en sánscrito Atman) con la esencia fundamental, la sustancia última (en sánscrito Brahmán). Arthur Schopenhauer llama tanto a Atman, el Yo Esencial, como a Brahmán, la esencia del Universo con un solo nombre: Voluntad de Vivir. Después de todo, se trata de lo mismo, de la realidad fundamental que se representa en el mundo fenoménico del Velo de Maya. Con todo, no aprueba el suicidio como camino, ya que el suicida no renuncia a la vida en sí misma, sino a la que le ha tocado vivir en condiciones desfavorables. Por lo demás, Arthur Schopenhauer fue el primer gran filósofo occidental que puso en contacto los pensamientos filosóficos de su época con los pensamientos filosóficos de Oriente y uno de los primeros en manifestarse abiertamente ateo. En este sentido, cabe destacar la acérrima defensa que propugnó por los derechos animales, seguramente motivada por sus influencias de Oriente.

Obras: “Sobre la cuádruple raíz del principio de razón suficiente”; “Sobre la visión y los colores”; “El mundo como voluntad y representación”; “Sobre la voluntad en la naturaleza”; “El amor, las mujeres y la muerte”; “Metafísica de lo Bello”; “Sobre la voluntad en la naturaleza”; “Los 2 Problemas Fundamentales de la Ética”; “Parerga y Paralipómena”; “El arte de hacerse respetar”; “Las 38 estratagemas o el arte de tener la razón”; “Eudemonología o el arte de ser feliz”; “Manuscritos Berlineses”; “Parábolas, Aforismos y Comparaciones”.